martes, 19 de abril de 2011

NUEVO POEMARIO "LATIDOS" DE FÉLIX MAQUÉN GAMARRA- Se presentará en Chiclayo- Mayo 2011

OPINIONES LITERARIAS SOBRE EL POEMARIO "LATIDOS" DE FÉLIX MAQUÉN GAMARRA
¡Latidos! Efectivamente, los versos que contiene este poemario son los latidos de su autor;  pero también de sus lectores.  Porque la vida viene llena de pulsaciones, de emociones que traducen nuestros sentimientos.

            Las vicisitudes, es decir, lo bueno y lo malo que nos sucede durante el transcurso de la vida, están presentes en este libro. La alegría y el dolor universales,  están aquí, en los versos claros y cortos del autor.

            El poeta, con su voz directa, fácil y categórica, nos contagia su emoción, nos permite ubicarnos en su dimensión humana, pero también fantástica. Porque en efecto, los humanos somos eso, realidad y fantasía. Del equilibrio de ellas, de la ubicación en el espacio- tiempo de cada uno, será la vida y su devenir.

            Fue en el año 1967 cuando conocí a Félix Maquén Gamarra, destacado alumno de  la Nocturna del entonces Instituto Nacional de Comercio Nº 7 de Lambayeque. Era mi discípulo en la asignatura de lengua y literatura, destacando como el  mejor. Desde entonces  ya escribía poesía y la daba a conocer en las aulas y en las  diferentes actividades culturales. El Director y los profesores lo  teníamos en alta consideración y estima por su destacado aprovechamiento y buena conducta
            Después de muchos años lo vuelvo a encontrar, fortalecido por los aires y las vivencias del Oriente Peruano. Aquí, indudablemente, ha encontrado en el paisaje y en la gente, fuentes de inspiración de su lírica y su alto pensamiento. La pródiga naturaleza de la Selva, el límpido cielo, pero a veces las brumas del tiempo, han cincelado al poeta, que también transitó en el mar y el desierto costeño. Al poeta que se extasía contemplando el firmamento, que conversa con las estrellas y las galaxias en su porfiado afán por encontrar respuestas a las innúmeras interrogantes que nos da la vida.

            Poesía intimista, romántica, el lirismo cubre su magnitud y nos presenta versos de fácil asimilación, pero también de reflexión. En sus mensajes de ¡Heme aquí!, por ejemplo, presenta al soldado, al labrador y al comerciante, “haciendo cola para comprar un nuevo día”.  Y es que las metáforas de Félix Maquén son abundantes y hechas para reflexionar; seguramente nacidas de un volcán “que no entiende qué serán edades que se fueron”.

            Alegres, entusiastas, los versos se deslumbran  ante la mujer amada, cantando a la que está aquí y también a la que se fue. El poeta la idealiza y  transporta por cielos infinitos,  por innúmeras  galaxias, como un astro más del firmamento imaginario. Porque Félix tiene una pródiga imaginación y una elevada práctica de la “mentalidad creadora”. Pero, no todo es alegría, pues dice: “Una piedra mala ha golpeado mi vida”, una “piedra que asola el alma”

            De cada una de las poesías de Félix Maquén se pueden hacer comentarios reflexivos, porque esa esencia contiene  sus versos. En tanto, los invitamos a leer y adentrarse en los mensajes   líricos y a la vez contundentes del autor, a quien le auguramos muchos éxitos porque su obra se abrirá paso en el mundo poético por la calidad de su trabajo.

                                                           Lambayeque, febrero de 2011.


Prof. Antonio Serrepe  Ascencio.
Director del Instituto Nacional de Cultura
Chiclayo 2005- 06


----------------------0000000000000------------------------------


El poemario Latidos que ofrecemos hoy día al público, es una muestra de sereno y a la vez desbordante lirismo, el sosiego verbal de un poeta apasionado que nos trae una muestra de una sensibilidad acunada por las delicias de la exótica selva nororiental y alimentada por la titánica vitalidad de la costa norte urbana y progresista.
En el aspecto formal, encontramos una poesía de tradición lírica, por lo cual entendemos, una poesía cuyo signo es la musicalidad, vertida en un ritmo regular, accesible al compositor melómano o al declamador histriónico, una poesía que busca la eufonía, aunque a veces prime el instinto emocional y catártico pero cuyo rasgo esencial es su tendencia a ser canto del alma.
Es así que Félix Maquén Gamarra, con el universal y eterno pretexto de la mujer amada y el amor universal, la vida y la muerte, nos presenta una poética de sabor neorromántico, ello demostrado por el uso de un lenguaje en el que se trata de simbolizar la intensidad de la experiencia del amor hacia una mujer, la belleza de ella, el latido perenne que emana de los momentos vividos a su lado, la nostalgia en la ausencia, el dolor de la separación definitiva, el erotismo, la sensualidad y la canónica alternancia de lo grotesco, lo informe, lo caótico, notable en su altisonancia retorica y en el recurso a las imágenes de elementos reales en medio de la fantasía amorosa, de juicios facticos sobre la vida y su otra cara, lejana de toda belleza; esta antítesis del estrato sentimental es manifiesta en los siguientes versos: “¿Quién despertó/ las campanas/ del cristal de tu risa,/ cuando la soledad/ asolaba/ la tristeza de tu vida?”; entiéndase que lo bello y lo feo se conjugan aquí entre los significados de risa y despertar, por un lado y del otro, los de soledad y tristeza.
Los versos de Félix Maquén Gamarra conservan una métrica homogénea que oscila en frases cortas dispuestas como pentasílabos, hexasílabos, heptasílabos y octosílabos, pero de manera irregular. Dicha estructura métrica es parecida a la que adopta el inmortal Gustavo Adolfo Bécquer en las Rimas XL (“Su mano entre mis manos/sus ojos en mis ojos…”), en la famosa rima LXXIII (“¡Dios mío que solos/ se quedan los muertos!”) Con la diferencia que el uso de la métrica en Bécquer es más regular e intencionado; para Félix Maquen basta la musicalidad lograda a través de los versos cortos así entendidos y el ritmo interior de los significados, propios de su poesía versolibrista.
Profundizando en el fondo de los significados dentro de la temática romántica de Félix Maquen hallamos que la vida es el eje de todos los poemas, la vida que es una fuerza milagrosa e incontenible en el que la sola mirada de la mujer querida y deseada puede hacer que esa fuerza se modifique de mil maneras, desde la proeza, la delicia, hasta el sacrificio, el hundimiento de la pasión como nos dice en el poema TU MIRADA: “Muy adentro/del alma,/ha encendido tu mirada,/su llama fascinante;/ y con tus lúmenes/ divinos/ha esculpido,/ en mi ternura/su esencia sideral/y delirante;/su sello autóctono/y salvaje,/de río rebelde/desbordándose, /arrasando piedras/acariciando valles.”

En el poema anterior la vitalidad, simbolizada en el alma se moviliza ante la mirada de la mujer objeto del amor del poeta, pero además la vida, tiene como dimensión más realizada la ternura, ese estado de sosegada pasión, que todo lo considera placer, unidad, reposo, dulzura, pero esa misma ternura del hombre manso que ama, es la vida de la naturaleza bravía, en los ríos desbordados, que arrasan con las piedras, acariciando los valles. Toda esa vitalidad se sumerge en un colorido de “músicas divinas” y “aleteo de pájaros”, frases de un poema donde paradójicamente la vida da paso a la prueba dolorosa, el momento en que la amada cae enferma de ceguera, tal y como es cantado en el poema SE TE CANSARON LOS OJOS.
Otro poema, en una línea más simbolista trata de comprender el caótico y grotesco mundo interior de los alienados mentales, tal es así en PANCHA LOCA, donde nos habla de una loca vagabunda conocida de los callejeros que: “…se abraza así misma/ escuchándose hija/ llorándose madre”, transcurriendo en la triste disociación por la que se aísla del mundo en “su catre de tierra”.

En la mayoría de los poemas no encontramos un referente concentrado a no ser el pretexto de la emoción amorosa. Los referentes son dispersos por lo cual logra diversos registros y una colección de poemas muy variada, siempre en la línea de los versos cortos (en algunos momentos prueba con decasílabos). 

La poesía de Maquén lleva generalmente el dulce hidromiel del lenguaje encantador y a veces desgarrado de quien ama hasta la muerte y suplica y lucha y mantiene una compasión unánime por todos los seres de la naturaleza y por aquellos hermanos que padecen pobreza como manifiesta en sus versos de EL MENDIGO: “Te acompañaré /a la parada tres/hermano mendigo,/ mañana, /mediodía,/y noche./iremos a la vereda/ de enfrente/ bajo las umbelas”
Para finalizar diremos que la poesía de Maquén es más fluidez del sentimiento que lenguaje filosofador, o fantasías meramente oníricas, los artilugios metafóricos no exceden del fundamento romántico o modernista, sin embargo, el toque vivificante de la pasión traducida en imágenes verbales logra un efecto de lirica que a veces tiene contornos opuestos en el aspecto semántico, que tiende a la sencillez con algo de gongorismo oculto, un rebuscamiento que encontramos en pocas de las creaciones que conforman este libro pero que constituyen una de las variantes esenciales de algunos de sus poemas.

Saludamos a Félix Maquén con profunda hermandad poética, augurando que sus versos serán leídos con interés y deleite por muchos amantes de la lectura así como también por aquellos enamorados que buscan una fuente de inspiración en sus andares. Latidos es un libro de amor profundo, una poesía que nos trae los instantes de la flama humana desde el horizonte del hombre que persigue un ideal y una mujer que entre la oscuridad sea fuente de luz clara y de calor irremplazable. Felicitaciones por este florilegio confesional que nos hace pensar que aun son posibles los romances en esta época del mundo que nos ha tocado vivir.


                                     Fernando Odiaga Gonzáles
Crítico literario y Filósofo
(Conglomerado Cultural-Lambayeque).



-----------------------0000000000000-------------------------

La poesía de Félix Maquén Gamarra es un romancero tachonado de metáforas elípticas, con un alarido lastimero que preconiza el amor. Dista entre el bucolismo esproncediano y amartelamiento becqueriano.  Su verso suave y dúctil, implosionado de nostalgias y melancolías, vuelve una y otra vez -como la ola marina frente al peñasco-, a relamer con el verbo airado del amor sufriente, acaso como una recomposición de su imaginario amatorio, acaso como una letanía vivificadora y tributaria de la ternura. Hay, subterráneamente, un afán de desenterrar viejas obsesiones infantiles y cartografiar la filogénesis de sus amores poéticos.
Nicolás Hidrogo Navarro.



OPÚSCULO LÍRICO DE JOSÉ

LLEGASTE

Una mañana azul
de suave viento,
dibujando en el aire
la canción del amor
llegaste…
con tus ojos torrenciales
que inútilmente
intenté contener.

Tu sonrisa
recorriendo  las distancias
de inmediato se metió
en mi corazón,
que embriagada de ti
y a la deriva
en la mar de tu vida
se quedó.

Tu cabellera negra
rotunda se mecía,
preludiando infinitas
alegrías,
que colmaron
de dulces fantasías
las sombras que mi alma
entristecían.

Esa mañana azul
¡oh virgen mía!
inclinado ante ti
nació la vida. 




















TE BUSCO

Entre fuego
y témpanos
te busco.

Llamo
a toda las puertas
con esperanza
de hallarte.

Describo tu cabellera
y el sol que brilla
en tus ojos.

Les digo que eres dueña
de la sonrisa más linda
y todos quedan mudos.

Cuando la noche llega,
otra vez estoy solo
en el desierto que silba
su soledad en mi vida.















YO SOY
Para Juan Marco Maquén
estos latidos que te son implícitos



Yo, soy el caminante
que de lejos viene,
cruzando inhóspitos desiertos,
escalando agrestes cerros
a extasiarme,
en el verde infinito
de tu vario cielo.

Yo, soy el que soñó
la paz ansiada,
esperanzas que luché
para mi pueblo,
paz que en la distancia
era imposible,
pero que nunca a un lado
fue dejada.

Yo, soy el que del mar
su voz vertió en tus alas,
antes que en las espumas
se deshaga,
y allí se queda desmayada
en la cristalería
de sus aguas.

Yo, soy el que cantó
susurros en tu bosque,
por no despertar tus avecillas  (para no
a media noche
cuando aún dormían
las vestas
de tus árboles y riadas.

Yo, soy el caminante
que inventó en su lira,
el mundo alucinante
de visiones,
de mitos, realidades
y leyendas
con que te amé;
oh, deidad
del ayahuasca madre,
en noches de ilusión
libando mares
de seductoras creencias
bajo  luna llena.

Yo, soy el sol
que entre las hojas caídas,
tranquilo espera
la enervada luna
para abrazarte en mi calor
oh, vida
y te refracte llena
de embriagante aroma.

Yo, soy el caminante
que a tus lindes vine
buscando ilusión
para mi ausencia
y al acogerme hiciste
que cual ave fénix
renaciera investido
de amor y de esperanza. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario